Concluyó el armado de la primera norma de biocombustibles sólidos en el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM). La misma fue desarrollada en conjunto entre el INTI, empresas, universidades e instituciones de ciencia y tecnología de todo el país.
La bioenergía es un tipo de energía renovable que está en auge en todo el mundo porque es limpia (genera pocos residuos y son biodegradables) y permite aprovechar desechos orgánicos e industriales. En el caso de Argentina, su desarrollo tiene un potencial muy alto porque la actividad agro y forestoindustrial generan grandes volúmenes de materiales que podrían utilizarse como fuentes de energía.
Con el objetivo de regular el sector, en octubre pasado concluyó el armado de la primera norma IRAM-ISO 17225-1 sobre “Biocombustibles sólidos”. Lo próxima instancia será abrir el documento a discusión pública, para invitar a referentes en el tema a hacer aportes y ratificarlo.
“Con una norma consensuada vamos a poder construir la confiabilidad para desarrollar el sector bioenergético nacional, teniendo en cuenta la diversidad de biomasa que se genera en todo el país, especialmente a partir de la actividad agroexportadora”, destaca Martín Rearte, especialista de la Unidad Técnica de Valorización de Recursos Biomásicos del Centro de INTI-Tucumán, que participa del comité en el IRAM junto a empresas, universidades e instituciones de ciencia y tecnología de todo el país.
Para el 2019 está previsto avanzar con normativas vinculadas a la clasificación de pellets, chips de madera y briquetas. Estos tres biocombustibles sólidos permiten generar calor y electricidad a partir de la combustión. (Fuente: INTI)