El análisis fue realizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, y ubica a la Argentina como el segundo país que más destruyó su economía en Latinoamérica, detrás de Venezuela.
El trabajo presentado, subraya que “Argentina fue el país que más destruyó su economía en Latinoamérica desde 2016 y hasta 2019, luego de Venezuela, que se encuentra en una mega crisis”.
El informe califica al modelo económico neoliberal de la última administración nacional, como un estrepitoso “fracaso”, aun así destaca que “a pesar de la crisis económica en la que se sumergió el modelo implementado, hubo sectores, ganadores.
Estas serían, las actividades primarias, “como la pesca, con un crecimiento acumulado de 8,03%; y la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, con el 5,38%, más los sectores de servicios fueron los más favorecidos por la política de la gestión saliente”.
A su vez señala que entre los sectores perdedores, el más sufrido ha sido el sector industrial “con un derrumbe total en los cuatro años de 8,63%; y el comercio, con una caída de 9,74%, fueron los rubros más perjudicados”.
El Análisis, remarca además, que “tan solo Ecuador y Brasil tuvieron algunas recesiones en los últimos años”, y precisó que “las tasas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) y del ingreso per cápita muestran que la región, si bien crece a tasas menores que la década pasada, presenta en los últimos años un crecimiento sostenido, lo cual pone a la Argentina como una anomalía”.
El estudio hace un análisis relativo a la distribución del ingreso, allí se observa que la remuneración al trabajo asalariado “retrocedió en su participación en el valor agregado de la economía en detrimento del excedente de explotación bruta, es decir, del capital”. En este caso, remarca, “significa que hubo una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los empresarios”.
A su vez, indica que “el aporte de los salarios en el total del valor agregado de la economía en 2016 se ubicaba en casi 52%”, y añadió que “en el tercer trimestre del 2019, había caído al 45%”. En tanto, que “el capital aumentó su participación, de un 40% en 2016 a casi 44% el año pasado”.
Fuente: TÉLAM