«¿Nos robarán los robots realmente nuestros empleos?», es un informe elaborado por la consultora PwC, que analiza la economía digital en los 27 que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
La automatización de procesos que llega junto con la economía digital afectará en el corto plazo a empleos del sector financiero, pero en el largo plazo los grandes cambios se verán sobre todo en el transporte, en el almacenamiento y en el ámbito manufacturero, reveló un estudio internacional.
El texto señala que la automatización llegará a través de tres grandes oleadas: la actual, denominada algorítmica, que durará hasta 2020 y en la que se automatizan las tareas más sencillas; una segunda, llamada aumentada, en la que se amplía a las labores repetitivas en comunicación e intercambio de información (hasta mediados de la década de 2020).
Y finalmente la fase autónoma, en la que se producirá no solo la automatización de tareas rutinarias, sino también de destrezas manuales y de la resolución de situaciones y problemas en tiempo real (a partir de 2030).
Las tres fases tendrán un impacto muy distinto en los países según su grado de desarrollo y digitalización, pero a grandes rasgos los efectos se notarán sobre todo a largo plazo, indica el reporte difundido hoy por la agencia alemana DPA.
Los servicios financieros se verán muy afectados a corto plazo pero a largo plazo en cambio los cambios se verán fuertemente en el transporte (52%), el almacenamiento (45%) y el manufacturero (45%).
También se verán afectados el sector de la construcción (cercano al 40%) y los servicios administrativos.
En cambio, será más reducido en salud y trabajo social (25%) y educación (en torno al 8%). También a partir de 2030 sufrirán efectos adversos sobre todo los trabajadores con menor cualificación (un 45%), frente a sólo un 10 por ciento de los altamente cualificados, lo que subraya la importancia de invertir en el aprendizaje a lo largo de toda la vida y el perfeccionamiento.
Las mujeres perderán más empleos en la próxima década, pero a largo plazo serán los hombres los más afectados, con una estimación de un 34 por ciento frente a algo más de un 26 por ciento de las mujeres.
En el largo plazo, en las economías con mayor peso de la industria -con trabajos más fáciles de automatizar- el porcentaje de puestos de trabajos en riesgo puede llegar al 44 por ciento en el caso del Eslovaquia, al 39 por ciento en el de Italia o al 37 por ciento de Alemania.
En otros países donde la actividad está más concentrada en el sector servicios, como sucede en Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, la proporción de trabajos en peligro será del 38, 37 y 30 por ciento, respectivamente. Sin embargo, en los del norte de Europa la estimaciones son algo más moderadas: Finlandia 22%, Suecia 25% y Noruega 25%.
España se sitúa a medio camino:áel impacto inicial será reducido, apenas de un tres por ciento, pero en la década de los años treinta aumentará hasta el 34%, en tanto que Chile, el otro país hispanoamericano analizado en el estudio, presenta un nivel bajo, con un uno por ciento en la primera fase y un 27 por ciento hacia mediados de 2030.
El informe está elaborado en base a las posibilidades tecnológicas, aunque el alcance de la automatización podría ser menor por una serie de variables económicas, legales o regulatorias.
‘Sólo porque algo pueda ser automatizado en teoría no significa que sea económica o políticamente viable en la práctica”, indica PwC.