Desde hoy todos los celulares que sean denunciados como robados, perdidos o falsificados serán bloqueados y no funcionarán en ninguna red del país. La estrategia es dar de baja todos los celulares con un IMEI (el número de serie único de cada aparato) que sea «inválido». De esta manera, el gobierno busca desalentar el robo de estos dispositivos.
Se trata de una iniciativa en conjunto con el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) porteñas y la Dirección Nacional de Migraciones, según informaron desde el diario La Nación. Con un promedio de seis clausuras por semana de comercios dedicados a la venta de teléfonos usados se busca impedir el uso, la comercialización, importación y exportación de este tipo de dispositivos obtenidos en maniobras delictivas o fraudulentas.
De esta manera se creará una especie de «lista negra» de todos los smartphones robados o perdidos. Cuando alguien con un celular que forme parte de la lista negra tenga la intención de cambiarle el SIM, la compañía lo detectará y lo bloqueará de manera automática.
El mercado argentino de celulares robados o falsificados tienen una gran magnitud. Para poder dimensionarlo, sólo basta ver que el mercado argentino mueve unas 11 millones de unidades al año, de las cuales 3 millones son «truchos». Estos celulares ingresan al mercado a razón de 3.000 por día y representaban, el año pasado, el 30% del mercado.
En 2017 fueron robados casi 4000 dispositivos por día, según informó la Asociación GSM (o GSMA, una organización de operadores móviles y compañías relacionadas) a principios de año.