Para su entrada en vigencia en el país, el tratado de Libre Comercio deberá ser aprobado por el Congreso, donde hoy el oficialismo no tiene mayoría. Cuál sería el impacto en la economía local?
Por Stella Gárnica Especial para DePARQUES
El acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, quedó atrapado en la “grieta” entre oficialismo y oposición en medio de la campaña electoral, y como requiere de la sanción del Congreso nacional, su puesta en marcha en Argentina dependerá de quién gane las elecciones presidenciales de octubre y de cómo quede conformado el Parlamento a partir del 10 de diciembre.
Tras más de 20 años de negociaciones -comenzaron en 1995, continuaron en el año 2000 y recién retomaron en 2016- el Tratado Mercosur-UE firmado el viernes 29 en Bruselas, Ginebra entre los 4 países del Mercosur y 28 de Europa, plantea la liberalización de aranceles para la comercialización de productos, materias primas y servicios entre ambos bloques económicos.
Juntos integran un mercado global de 800 millones de personas y un flujo de 100.000 millones de dólares anuales y de concertarse en un cronograma de eliminación de aranceles aduaneros establecido de cara a los próximos 15 años, sería el mayor mercado común en la historia del mundo.
Sin embargo, el proceso de puesta en marcha será largo y promete no ser fácil, porque tras la firma comienza ahora un proceso de “armonización normativa” entre los países, la traducción a todos los idiomas, y su posterior homologación en los Congresos nacionales de cada uno de los países miembros.
El canciller Jorge Faurie estimó que la entrada en vigencia puede llevar entre 1 año y medio a 2 años, hasta que lo sancionen todos los parlamentos. A partir de allí, comenzaría a aplicarse escalonadamente el sistema de
Se habla de sectores ganadores y sectores perdedores de la economía argentina: Mientras se benefician el sector agroindustrial y cárnico argentino, y se suman las exportaciones del sector de servicios y conocimiento informático, el sector industrial y Pymes podrían verse afectadas debido a las dificultades de competitividad en infraestructura, impuestos internos y costos laborales que afrontan las empresas locales para la fabricación de manufacturas.
Aunque se esperan los detalles de la “letra chica” del acuerdo que se continuará negociando en los próximos meses, entre los sectores más afectados se ubicarían la industria automotriz y autopartes, calzados, los lácteos, electrodomésticos y tecnológicos a los que se les dificultará competir con los productos extranjeros con los actuales costos de producción argentinos.
Tal vez por eso, el Gobierno de Mauricio Macri, sabiendo del desenlace del acuerdo, prometió al FMI que en caso de ganar en las elecciones, impulsará en octubre en el Congreso las leyes de reformas laboral, tributaria y previsional, entre otras herramientas que el Gobierno analiza para reestructurar la matriz productiva y energética del país, en el marco de la inserción que planea en el futuro orden mundial, de lo que llaman la cuarta revolución industrial: la tecnológica, de la Internet de las cosas.
Desde ese punto de vista, el empresario agropecuario Santiago Grobocopatel, puso en blanco sobre negro una definición que en la Casa Rosada suelen comentar en voz baja: Que con la futura economía mundial, muchas actividades deberán desaparecer, para que surjan nuevas, y nuevos empleos que hoy no se conocen.
Se habla de la automatización de servicios como los transportes automotores (camiones y taxis que se conducirán solos, la robotización en distintos sectores) hasta la creación de nuevas empresas de servicios informáticos que vendan a nivel global.
Cambios vertiginosos que se producirán entre los próximos 2 a 10 años, al menos de eso se habló también en la Cumbre del G-20 en medio de la guerra fría que enfrenta a Estados Unidos con China por la competencia en el desarrollo del 5G en el mundo.
Para eso, el Gobierno planea reformular el sistema educativo, en alianza con empresas tecnológicas de la información (Globant, Mercado Pago, Google, Accenture, entre otras) y haciendo equilibrio con las distintas potencias.
La cuestión política:
Mauricio Macri considera un triunfo propio la firma del acuerdo de libre comercio porque le da aire para reimpulsar su candidatura a la reelección como una promesa de desarrollo e inserción al mundo de la política económica que impulsará si gana en las elecciones de octubre.
Esto se da en medio de la caída de la imagen del Gobierno como consecuencia de la crisis por la inflación, con la consecuente caída del consumo, el incremento de la pobreza y la desocupación a partir de la crisis que sufren las industrias en general, con el cierre casi diario de Pymes y comercios.
Macri apuesta ahora a avanzar en otro hito de apertura económica e inserción internacional: que la OCDE apruebe el ingreso de la Argentina como país miembro, lo que cree, compromete al futuro Gobierno a sostener reglas de juego internacionales marcadas por la OMC, para “atraer inversiones” al país.
No obstante, desde la oposición salieron a cuestionar el acuerdo y fue puesta en duda su implementación por parte del principal candidato que enfrentará Macri el 27 de octubre: Alberto Fernández, del kirchnerista Frente de Todos, calificó al acuerdo Mercosur-UE como una “tragedia” para la industria nacional y el empleo, y anticipó que de ganar, revisará su aplicación.
El acuerdo en sí parece un logro. Pero habrá que ver las cuestiones finas de implementación para evaluar el resultado final. El Gobierno sostiene que las CUOTAS de desgravación progresiva para unos 100 productos del Mercosur “da tiempo a los distintos países para empezar a ajustar su política económica para apoyar a los sectores que sean perjudicados y necesiten ganar competitividad”. De ahí las reformas que aplicaría Macri a partir de octubre en caso de ganar las elecciones.
Ejes del acuerdo y cómo afectará a cada sector:
La UE es el primer inversor global, con un stock de inversiones supera el 30% del total mundial. Importa el 17% del total de las compras mundiales de bienes y servicios y representa el 20% del producto de la economía internacional.
El acuerdo abre la posibilidad de exportaciones desde el Mercosur a un mercado europeo que cuenta con más de 500 millones de habitantes, con un PBI per capita promedio de USD34.000 y acceder a una oferta más diversa y de mayor calidad de productos manufacturados para el consumo y para el mercado de capital.
-Modifica las condiciones de acceso a bienes, servicios e inversiones, al reducir y eliminar restricciones arancelarias entre ambos bloques. A su vez, simplifica procedimientos de operatoria comercial, facilita el acceso a tecnología, insumos y bienes intermedios que son necesarios para producir bienes con valor agregado.
– Contempla un tiempo de transición: el acuerdo se implementará en forma gradual en tiempos que garantizan un proceso de adecuación de la economía argentina a la competencia internacional. Para los países del Mercosur los plazos de desgravación arancelaria se extenderán, en promedio, en períodos de 10 y hasta 15 años, mientras que la UE aceptó plazos de desgravación con el Mercosur de forma inmediata, situación sin precedentes en otras negociaciones del bloque europeo.
– Favorece la integración regional: implica una nueva etapa en la relación de los países del Mercosur, dinamizando el comercio intrarregional y asumiendo nuevos compromisos en materia de circulación, armonización normativa y simplificación de procedimientos internos.
– PyMES: contempla programas especiales que facilitan su integración en cadenas de globales de valor, asistencia técnica, participación en compras gubernamentales, joint ventures, partenships, business networks, transferencia de know how y asistencia financiera. El Gobierno promete mejorar las condiciones de infraestructura, bajar costos de logística y asesoramiento para u integración a las exportaciones.
– Promueve la atracción de inversiones: El Gobierno espera el incremento de la inversión extranjera a partir de la homologación y unificación de las reglas entre ambos bloques. Mercosur – UE: principales ejes del Acuerdo
PRODUCTOS DEL MERCOSUR QUE LA UE APLICARÁ LA LIBERALIZACIÓN DE ARANCELES PARA SU INGRESO EN EL MERCADO COMUN EUROPEO:
La UE aceptó la desgravación inmediata en casos que el MERCOSUR pidió, mientras que el proceso en cuotas para alcanzar el arancel cero para el ingreso de productos del Mercosur a Europa en otros 48 productos será en un plazo de entre 4 a 15 años. A continuación se detallan los plazos para la eliminación de aranceles externos entre ambos bloques:
Productos cuyo arancel estarán en 0% a la entrada en vigor del acuerdo:
● Harina de soja y poroto de soja. Aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz). Despojos comestibles de especie bovina, porcina y ovina. Otros productos de origen animal (menudencias, grasas, semen bovino). Manzanas, peras, duraznos, cerezas y ciruelas. Legumbres. Frutos secos y pasas de uvas. Uvas de mesa. Maní. Infusiones (café, mate y té). Especias. Bebidas (agua mineral, cervezas y espirituosas). Productos de la pesca: Merluza, Vieiras y Calamares.
Productos que entran en canasta de desgravación de 4 a 10 años:
● Productos de la pesca (por ejemplo langostinos) y conservas de pescado. Hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios. Frutas cítricas (Limones, naranjas y mandarinas). Frutas finas (arándanos y frutillas). Harina de maíz. Almidón. Arroz partido. Aceites vegetales (soja, girasol y maíz). Biodiesel. Preparaciones alimenticias y pastas. Golosinas. Mermeladas, jaleas y otras preparaciones en base a frutas. Hortalizas en conserva. Helados. Alimento para mascotas. Manteca y demás preparaciones de maní.
CUOTAS: VINOS:
● Vino hasta 5 litros: desgravación lineal en 8 años: líneas arancelarias 22042100; 22042911.
● Vinos Espumantes: Precio de entrada 8 dólares x litro x 12 años, y liberalización a partir del año 12 (línea arancelaria 1222041090).
ARROZ:
● Cuota de 60.000 toneladas arancel 0%, sin cambio en las condiciones, sin segmentación, implementación en 6 años.
CARNE BOVINA:
● Cuota Hilton (29.500 toneladas): arancel 0% a la entrada en vigor del acuerdo.
● La UE ofrece una nueva cuota 99.000 toneladas CWE, 55% refrigerada y 45% congelada, arancel intracuota 7,5% (EIF), y el volumen “phase in” en 5 años(6 etapas)
CARNE AVIAR:
● 180.000 toneladas, arancel 0% a la entrada en vigor del acuerdo (EIF); segmentación “50% deshuesada” y “50% otros”. Volúmen “phase in” en 5 años (6 etapas).
MIEL:
● 45.000 toneladas arancel 0% a la entrada en vigor del acuerdo (EIF). Volúmen “phase in” en 5 años (6 etapas).
AZÚCAR:
● 180.000 toneladas (dentro de la cuota OMC: CXL quota) arancel intra-cuota 0% (eliminación de 98 Euros/ton), al momento de la entrada en vigor del Acuerdo (EIF: Entry into force).
No se modifica el Schedule OMC, sino que se agrega en el Acuerdo Bilateral una explicación.
● Cuota para Paraguay: 10.000 toneladas a arancel 0% al momento de la entrada en vigor del Acuerdo (EIF: Entry into force)..
ETANOL:
● 450.000 toneladas para usos químicos arancel 0% al momento de entrada del acuerdo. Volúmen “phase in” en 5 años (6 etapas).
● 200.000 toneladas, todos los usos Volúmen “phase in” en 5 años (6 etapas).
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Qué dice el Gobierno?
En declaraciones periodísticas el ministro de Producción y Empleo, Dante Sica aclaró que se espera que el acuerdo entre en vigencia en dos años, y admitió que el país tendrá que impulsar medidas internas de reforma aduanera, reformas laboral, tributaria, como equiparar medidas de logística y competitividad.
Un mes antes de este acuerdo, durante la visita de Estado del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la Casa Rosada había dejado trascender la posibilidad de impulsar en el “mediano plazo” una moneda común entre Argentina y Brasil, y en ese momento sellaron el acuerdo para que el Mercosur avance con el tratado de libre comercio con la UE, sino también con otros bloques como la Alianza del Pacífico.
El Canciller Jorge Faurie manifestó: “Mercosur – UE es mucho más que un acuerdo comercial: es un avance estratégico en el posicionamiento argentino en la escena internacional que refuerza la agenda comercial de nuestro país y nuestro bloque. Se trata de un verdadero hito para nuestra política exterior y para la inserción internacional de la Argentina porque el crecimiento y desarrollo inclusivo no se pueden lograr en soledad sino con más y mejor comercio internacional basado en reglas”.
Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica sostuvo en esa línea “El acuerdo Mercosur – UE es un paso fundamental de nuestra política de inserción inteligente en el escenario internacional. Antes, la Argentina estaba cerrada al mundo; en 2015 éramos la tercera economía detrás de Nigeria y Sudán, y teníamos acuerdos comerciales con tan solo el 10% del PBI mundial. Con este acuerdo, alcanzaremos el 30%, lo que significa que nuestras PyMEs podrán llegar a un mercado de 500 millones de personas. En lo inmediato, este acuerdo con la UE es clave porque genera calidad institucional, reglas claras, transparencia y previsibilidad lo que es fundamental para llegada de inversiones”.
Secretario Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevere: “Es un acuerdo histórico que ubica al Mercosur en un lugar clave del mundo como proveedor de alimentos. Nuestra región es una de las principales productoras del mundo, y tenemos calidad y cantidad para el intercambio con los europeos. En particular, para la Argentina, es una gran oportunidad para darle previsibilidad a nuestras economías regionales que verán incrementar sus envíos al exterior, y redundará sin dudas, en más trabajo, inversiones, y arraigo en los lugares donde producimos”.
El jefe negociador de la Argentina y Secretario de Relaciones Económicas Internacionales de esta Cancillería, Horacio Reyser, expresó: “Este acuerdo abre toda una nueva etapa para la inserción económico-comercial de la Argentina, con potencial para ser un pilar clave de la transformación productiva nacional que garantice crecimiento y desarrollo sostenido a largo plazo; es parte fundamental del cambio estructural que está transitando nuestro país”.
La Secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, aseguró: “Después de 20 años de negociaciones, logramos que se cerrara un acuerdo histórico para el bloque Mercosur y para nuestro país. Hoy tenemos una oportunidad única para ser reconocidos a nivel mundial, promover el comercio internacional, diversificar y aumentar nuestras exportaciones, incrementar las inversiones y crecer económicamente”.
Stella Gárnica
Periodista – Politóloga
Acreditada en Casa Rosada
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