El aire del ambiente olía a café recién hecho y a expectativas. En la Comisión Mixta del SIPAB de Almirante Brown, un grupo de mentes inquietas —empresarios, investigadores, cooperativistas— se reunía con un mismo propósito: aprender a darle forma a esas ideas que, hasta ahora, solo vivían en conversaciones de pasillo o en cuadernos garabateados. Era el Workshop de Elaboración de Proyectos para el FITBA 2025, y más que una charla, era un puente entre la teoría y la acción.
La ciencia no es solo para los laboratorios
El Ministerio de Producción bonaerense lanzó la cuarta edición del Fondo de Innovación Tecnológica (FITBA), una inyección de hasta 40 millones de pesos para proyectos que unan universidades, pymes y municipios. Pero ¿cómo pasar de «tengo una idea» a «aquí está mi solución»? Eso fue lo que se trabajó en Burzaco, de la mano de la UNaB, la Unión Industrial de Almirante Brown y el SIPAB.
Entre planillas y casos de éxito, los asistentes descubrieron que un buen proyecto no es solo tecnología pura: es entender qué problema resuelve y a quién beneficia. «No se trata de inventar algo nuevo, sino de mejorar lo que ya existe», explicaba un investigador mientras ajustaba su presentación. Al lado, una emprendedora tomaba notas prolijas: su taller podría modernizarse con un subsidio como este.
Cooperar para innovar
Lo más valioso no estaba solo en los manuales, sino en las charlas de café que se sucedían. Un graduado universitario compartía su prototipo con el dueño de una PyME; una funcionaria municipal escuchaba cómo adaptar soluciones para su localidad. El FITBA, al fin y al cabo, es eso: un llamado a trabajar en red, a que la universidad salga de sus aulas y las pymes piensen en grande.
La convocatoria cierra el 14 de agosto de 2025, pero el taller dejó claro que el tiempo apremia. Los que se fueron ese día no llevaban solo folletos: llevaban un «podemos hacerlo» colectivo.
¿Te lo vas a perder? Inscribite acá: https://forms.gle/kTy1iHua4DB3pWwP8