Tras los datos alentadores de marzo, volvieron las preocupaciones en el comercio exterior. Y sobran los motivos. Las exportaciones crecieron poco (6,2%), las importaciones volaron (22,7%) y el déficit comercial volvió a zonas riesgosas (US$ 938 millones). En términos absolutos, las exportaciones fueron de US$ 5.164 millones y las importaciones llegaron a US$ 6.102 millones.
¿Cómo viene el acumulado? Incluyendo el mes pasado, las exportaciones fueron de US$ 19.574 millones (+11,1%); las importaciones resultaron de US$ 22.994 millones (+21,6%) y el rojo comercial trepó hasta US$ 3.420 millones (había sido de US$ 1.290 millones en igual periodo de 2017), es decir, subió 165%. Conclusión rápida: más allá de cierto dinamismo exportador (que hubiera sido mayor sin la sequía), las importaciones siguen creciendo muy por encima y el rojo comercial escala. En rigor, los economistas privados creen que el rojo puede superar los US$ 10.000 millones en 2018.
Los análisis
“En abril, fue llamativa la merma en las ventas externas de productos primarios (-13,3%) en lo que venía siendo un buen inicio del año. Esto se explica principalmente por el derrumbe de las exportaciones de semillas oleaginosas (soja en grano), que cayeron 68%. En cambio, fue un buen mes para la exportación de pescados y mariscos (+23,25), por encima de lo que fue el primer trimestre, y se expandieron las ventas de cereales (+5,8%), aunque empiezan a desacelerar, en línea con lo que será un segundo semestre de retracción por la menor cosecha. Para el caso de las manufacturas agropecuarias, el efecto precio alcanzó para mitigar el bajón en las cantidades exportadas (+14,2% versus -8,4%), en un mes donde repuntaron levemente los valores exportados de pellets de soja (si bien el agregado de cuatro meses sigue 3,9% abajo) y donde grasas y aceites tuvieron un mes ‘menos malo’”, explican desde Abeceb.
Párrafo aparte para las manufacturas industriales (+17,4% interanual), dice Abeceb, “que quiebran la retórica general, ya que suben más las cantidades que los precios (+10,1 versus 6,7%)”. Allí, vehículos de transporte terrestre confirman la tendencia (+23,9) mientras que “volaron” las exportaciones de piedras y metales preciosos (+63%), y ya casi son la mitad de las ventas de automóviles.
“Productos químicos fueron una gran decepción, cortando la racha alcista del primer trimestre (-1,7% en abril contra el 18,8% que venía acumulando)”, agregan y dicen, por último, que “las ventas de combustible se expandieron al 91% por efecto petróleo crudo (subió +220% ya que no tuvieron prácticamente ventas en abril 2017) y carburantes (con mayor incidencia del rubro) subió 37%”.
Fuente: El Economista