DE AUTOR

7 de Junio, un día para pensar la comunicación

por Horacio Incaurgarat

Es 7 de Junio; otra vez Día del Periodista. Hace tiempo que vengo con ganas de decir sobre el periodismo y lo que nos vincula y nos separa de la actividad. Los medios, desde siempre, ordenaron su línea editorial desde la perspectiva de la empresa o de la organización. Te podía gustar o no, ser parte de esa experiencia. Si no te gustaba podías intentar hacer algo por tu cuenta, asociada o colaborativamente. Y hasta te podía ir bien, lejos de los grandes medios. Hubo quienes probamos ir por esa vía, intentando un periodismo urbano, de segmento, ligado a nuestras realidades e intereses como vecinos o como ciudadanos. En un tiempo, esos medios locales tuvieron una extraordinaria vida en sus comunidades con públicos y anunciantes que sostenían su desarrollo. Tenían una notable presencia y resultaban básicos para la información de sus comunidades.
Paulatiamente fueron apareciendo, lo que parecían mejoras tecnológicas, pero que en definitiva fueron amenazas para esos viejos medios: las redes, lxs community managers, los códigos, las métricas, los prosumidores, los algoritmos, los agregadores de contenidos, los clicks. En fin, esta descripción no pretende ser una queja, pero sí la explicación de varias derrotas editoriales. Para saber dónde estamos en relación al periodismo -como productores o consumidores-, es vital reconocer esta realidad que es completamente distinta de aquel modelo de medios y de periodistas de no hace mucho tiempo. Hoy comunican muchas personas, con diversas formaciones, orígenes e intenciones, asumiendo una pretendida «estética periodística» en sus mensajes. Salvo honrosas excepciones, muchas de esas experiencias sirven para el espectáculo más que para la información con verdadera significación. Eso en lo que respecta a contenidos.
En cuanto a las formas, es frecuente escuchar que «en las redes, por donde circula la información los periodistas pintan muy poco» y que «las empresas periodísticas son, en verdad, empresas tecnológicas, en dónde poco se trata de escribir noticias y de tener fuentes», sino de «contar información elaborada con diseñadores, desarrolladores, gente de analítica» y hasta de escribir de una «determinada manera» para los buscadores y las redes. Habrá nuevas generaciones de periodistas llegando a esa lógica y aceptando ser parte de ella; habemos otros, en un camino de salida de esta lógica, asumiendo la derrota de nuestro viejo modelo. (Igual, algo seguimos haciendo).
Como se dice siempre para estas fechas -hoy más que nunca-, hay mucho para pensar sobre el periodismo, los medios, sus posibilidades y sus límites. Sí, sus límites.
Feliz Día a todxs y cada unx de lxs que todavía hacen digna esta entrañable profesión.